Señor Director:
Después de 18 meses, Gendarmería de Chile abrió nuevamente sus puertas y retomó la ejecución de las iniciativas de reinserción al interior de sus cárceles: El proyecto +R, es uno de ellos. Una colaboración público-privada cuyo objetivo es implementar como política pública la capacitación e inserción laboral de quienes están o han estado privados de libertad, disminuyendo así la reincidencia delictual.
Durante el tiempo que duró el estado de excepción, los más olvidados- siempre lo han sido, pero con el contexto sanitario aún más- fueron las personas privadas de libertad. Como medida sanitaria, el cierre total de los recintos penales, sin visitas ni beneficios, sin la posibilidad de talleres ni programas en favor de la reinserción de diferentes entidades (ONG) externas.
Si bien los más de 45 mil internos que hay en nuestro país estuvieron “protegidos” del virus, también fueron los que más se “estancaron”, ya que sus procesos de reinserción se detuvieron.
Hace un tiempo, tuve la posibilidad de participar como tutora psicosocial en lo que en esa oportunidad llamamos “Intramuros”. También fui testigo de familias que, durante cuarentena, esperaban con ansias los cursos para sus seres queridos privados de libertad. Esta semana, junto a Gendarmería y Corporación Boreal, comenzamos nuevamente con diferentes oficios, acompañamiento integral, seguimiento y colocación laboral. No sólo dentro de las cárceles; también con aquellos que cumplen su condena con alguna medida sustitutiva en el medio libre.
Paso a paso retomamos la normalidad. Tú y yo tenemos el anhelado pase de movilidad; pero si no le agregamos urgencia; ellos- una vez terminada su condena- seguirán en una eterna cuarentena.
Francisca Torres/ Tutora Psicosocial Área de Prevención y Reinserción Fundación Paternitas