No más visita conyugal

Señor Director

Hace algunos días, como parte de una serie de medidas correctivas, uno de los candidatos presidenciales propuso suspender las visitas conyugales a las personas privadas de libertad. Más allá de la idea en particular, urge discutir sobre el proceso de reinserción social y no quedarse en pequeñeces. Según Gendarmería de Chile, en el segundo semestre del 2020 se otorgaron 2.050 beneficios de libertades condicionales, cifra que se sumó a las personas que ya se encontraban cumpliendo dicho beneficio. ¿Qué pasa con ellos? ¿Con qué herramientas enfrentan la libertad? Por lo mismo, resulta fundamental que se tomen decisiones sobre las políticas públicas en torno al funcionamiento del sistema penitenciario que incluya acciones reales de reinserción social tanto para personas que actualmente cumplen condenas privativas de libertad como también en el medio libre.

¿Qué opinan sobre reinserción aquellos que tienen bajo su responsabilidad redactar una nueva constitución y gobernar el país? A propósito de los debates presidenciales en curso y de los tópicos de “seguridad pública” en aquella conversación, lamentablemente, ningún candidato ha tomado este punto más allá de una “renovación” a las fuerzas policiales. ¿Qué pasa con la reinserción y prevención del delito? ¿Con el fortalecimiento comunitario, el trabajo con los niños, niñas y adolescentes? ¿Por qué seguimos pensando que la delincuencia se combate únicamente con fuerza policial?

Contraria a la propuesta presentada por el candidato, la evidencia ha sido clara al mostrar que conservar el contacto con el círculo cercano cumple un rol en la integración social de personas que transitan desde la cárcel a la comunidad, donde muchas veces en las relaciones afectivas encuentran la motivación para dejar de delinquir y para proyectar un cambio en su vida. La familia es el núcleo fundamental de todo ser humano. Son ellos quienes también sufren las consecuencias de contar con un ser querido privado de libertad.

Aprovechemos el contexto político que se vive para abordar de manera profunda este tema, centrado en la entrega de herramientas a quienes se estén pronto a cumplir su condena para así poder construir una vida en sociedad alejada del delito.

Daniela Calderón – Gustavo Valenzuela

Soporte de Estudios Fundación Paternitas

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