Señor Director,
He quedado conmocionado al saber que Cristóbal Cabrera, Cisarro, ya adulto, cumple condena por 10 años. Es más, con sólo 9 años en el 2006 tuvo su primera detención.
¿Cuántos otros jóvenes se encuentran en esta dramática, incomprensible y dolorosa situación?
Aquello simboliza el premio Nóbel a la incapacidad del Estado para aplicar medidas contundentes, inteligentes y efectivas para recuperar a quienes se encuentran en estado de abandono y marginalidad.
Programas ineficaces anunciados con vocerías grandilocuentes no han sido más que despilfarro económico sin precedentes.
Lamentablemente, para algunos, ciertas reparticiones públicas se ven solamente como un enclave para el oportunismo laboral, económico y político.
¿Por qué no consultar a fundaciones expertas, reconocidas por sus logros, que hacen su trabajo con un tercio de ese dinero?
Creo que los fracasos se deben, en un alto porcentaje, a que se plantean proyectos muchas veces foráneos, como si fueran la panacea para vencer la agonía de la adolescencia en conflicto social, sin análisis ninguno a objeto de ver si calza con nuestra cultura e idiosincrasia.
En el nombre de esos niños, ¿No será el tiempo y la hora de perseguir penalmente a los responsables directos de este verdadero genocidio que ha mutilado la vida, frustrando sueños, y asesinando esperanzas de miles de niños y sus familias?
» La verdad los hará libres «
(Juan 8,32)
Pbro. Nicolás Vial Saavedra – Presidente Fundación Paternitas