Señor Director,
En un reciente reportaje de televisión se deja en evidencia la desesperación que existe entre los vecinos por las avalanchas de gente que llega al mal llamado «balneario de los pobres» ubicado en el Cajón del Maipo. Los propios residentes que cuidan con esmero su entorno quedan, cada fin de semana, con las toneladas de basura que dejan los bañistas.
No falta la delincuencia que se hace presente a su libre arbitrio. Hay que dejar muy claramente establecido que niños, jóvenes, adultos y familias muy honorables aprovechan ese lugar para una escapada del calor Santiaguino.
Sin embargo; es insólita la intervención del señor alcalde que, justificando su inoperancia, acusa falta de recursos y poca vigilancia policial. Es la típica excusa del incompetente, que no tiene creatividad ni capacidad para reinventarse y responder al pueblo que lo votó para hacerse cargo de la comuna, en todos sus aspectos, cautelando la tranquilidad y la paz que todos esperan. Con la mentalidad expresada solo va a lograr que la gente de bien y necesitan tanto se aleje de ese lugar.
Aunque, ciertamente, no es tema exclusivo de esa autoridad. La gobernación tendría mucho que aportar en el plan anti delincuencia y seguridad ciudadana.
¿Será muy costoso proveer de baños, de agua corriente, de parrillas para asados, basureros y de personal de seguridad competente? Tanto tiempo trabajando en ámbitos carcelarios me ha dejado el convencimiento absoluto de que las carencias básicas, en muchos casos, son las que propician violencia, delincuencia y desbordamiento en todas sus formas. Ante tanta marginalidad, la venta y consumo de alcohol y drogas vienen a ser una explosión atómica como respuesta equivocada a poder distraer por un momento una vida miserable, sin perspectiva ni futuro alguno.
¿Hasta cuándo la ceguera de nuestras autoridades? No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Pbro. Nicolás Vial Saavedra – Presidente Fundación Paternitas