Señor Director.
En su carta de ayer el abogado Ernesto Olivares Rodríguez pregunta: «¿qué ganamos como sociedad al otorgar la libertad condicional en estas condiciones?». Ganamos justicia y humanidad para las miles de personas que han logrado insertarse familiar y socialmente, luego de cumplir con los requisitos establecidos por la ley para tal efecto. Un mal no se corrige agregando otro mal o eliminando un derecho constituido.
Países con buenas políticas de inserción como Finlandia, Holanda y otros tantos no botan ni desechan gente. ¿Qué tipo de sociedad queremos ser para construirnos como país? O bien, ¿preferimos mantener nuestra ceguera y comodidad y autoconvencernos de que el tema de la delincuencia se soluciona solo encerrando gente de por vida?
Ahora, si el Estado, con sus instituciones, no es capaz de hacer reformas estructurales profundas y así alcanzar, con rehabilitación, a todos quienes cumplen privación de libertad, tal como estipula el sentido y objeto de la pena, debería externalizar estas funciones.
Un trabajo serio, responsable, dedicado y aplicado con las debidas ciencias sociales y de salud mental puede diagnosticar oportunamente a quienes no están preparados, aún, para acogerse a libertades condicionales.
Pbro. Nicolás Vial Saavedra
Presidente Fundación Paternitas