Señor Director:
Después de largas cuarentenas, al fin vemos la luz y avanzamos de fase. Poco a poco recuperamos la libertad y en gran parte es gracias al «pase de movilidad». Sin embargo, hay una parte de la sociedad que continúa en fase 1, en realidad, lo está desde antes de la pandemia y lo seguirá estando por un buen tiempo o incluso- esperemos que no- de por vida. Los más de 45 mil privados de libertad, aún no podrán optar a un pase de movilidad ni estarán en fase 4 si no promovemos con urgencia políticas públicas concretas para la reinserción y, por ende, la disminución de la delincuencia.
En tiempos “normales”, ellos podían ganar un «pase de movilidad social»: La posibilidad de ingresar a programas de reinserción e incorporarse a un trabajo estable en el medio libre y transitar del vicioso círculo de la delincuencia al virtuoso círculo prosocial. Esta alternativa se vino abajo cuando los que trabajamos en instituciones dedicadas a la prevención del delito y reinserción, nos vimos imposibilitados de entrar a los centros penales para evitar, lógicamente, contagios. A diferencia de otros establecimientos, los centros penales no pudieron adaptarse a la pandemia y retomar los diferentes programas de reinserción para darles la posibilidad de dejar la vida delictual y, en muchos casos, tener por primera vez la oportunidad de ser parte de la sociedad.
Las medidas sanitarias deben cumplirse y los centros penitenciarios así lo han hecho. Sin embargo, la situación evidencia que no existen políticas públicas que hablen del tema, que le den la urgencia que merece el abordar el fenómeno de la delincuencia desde la arista de reinserción y prevención y no únicamente desde la lógica del castigo. En Paternitas nos ponemos a disposición para trabajar con las autoridades correspondientes y traer de vuelta el «pase de movilidad social» a los privados de libertad de nuestro país, que les permita soñar con un futuro en “fase 4”.
Emilia Barceló
Tutora Psicosocial Fundación Paternitas
También puedes leerla en La Tercera