Como en tantas otras ocasiones el proyecto de ley sobre la distribución y comercialización del gas licuado, por medio de los municipios, al parecer está siendo otro show mediático. Al decir la Contraloría que no existe ley que faculte la venta de gas popular; sólo muestra- nuevamente- la inoperancia de la comisión de Gobierno Interior de la Cámara Baja al no resolver lo que les compete.
¿Habrá que decir, otra vez, la nula importancia que representa para los “honorables” la necesidad de la gente que los votó? Burla sistemática sobre la pobreza que en algunos casos se ha convertido en miseria. ¿Hasta cuándo se resisten a votar, en particular, el proyecto que permite a los municipios ingresar al mercado? ¿Por qué hacer difícil lo fácil? ¿Es que esperan el invierno para que se acrecienten los odios y los “estallidos sociales” exigiendo derechos para poder vivir mínimamente con dignidad? ¿Dónde queda aquello que escuchamos casi a diario: “Primero, los Derechos Humanos”?
¿Por qué esperar llegar a un extremo que afectaría a todos? Porque, como dice Santo Tomás de Aquino, “… en caso de necesidad todas las cosas son comunes; por lo tanto no constituye pecado que uno tome una cosa de otro porque la necesidad lo hace común. Una necesidad resulta ser un impulso imposible de controlar… Lograr satisfacer dicho sentimiento resulta de la condición social, económica y de educación de cada individuo, relacionada con los medios necesarios o útiles disponibles para su existencia y desarrollo”.
Pbro. Nicolás Vial Saavedra – Presidente Fundación Paternitas