Asesinatos y responsabilidades

Señor Director:

Horroroso y demoledor el crimen de Ámbar, pero también horrorosa y con aires de cinismo la morbosa farándula que inspiran hechos tan tristes y espeluznantes.

Cada vez que aparecen noticias escalofriantes se opera la más notable habilidad política, social y periodística para desviar la atención, de modo de desenfocar el problema, objeto y razón de lo sucedido. Quedarse en la periferia, en lo mordaz y vulgar, en la consigna. Una tragedia de esa magnitud tiene responsables, asesinos silenciosos. No es posible que permanezcan en la mayor de las impunidades y oscuridades.

De manera sistemática, se violan casi todos -por no decir todos- los protocolos y obligaciones que demanda una seria, responsable y diligente política penitenciaria, faro orientador en el quehacer de nuestras cárceles. Se desatienden los estándares más obvios que han de existir, aplicarse y desarrollarse conforme a las condiciones y circunstancias de cada persona condenada.

Una de las áreas más sensibles y descuidadas es la salud mental, y, lamentablemente, son cada vez más quienes padecen algún trastorno.

Son las ciencias sociales, psicológicas, psiquiátricas y religiosas las que deberían destacarse al interior de los centros penales. Todas ellas, ejercidas por un elenco de profesionales de primer nivel, dedicados y altamente calificados para su desempeño.

Lo ocurrido con Hugo Bustamante no tiene nada que ver con más o menos tiempo para alcanzar la libertad condicional. El núcleo principal y que problematiza todo es la nula o mediocre actividad en las materias antes indicadas. Sin duda que la inoperancia y negligencia en el ejercicio de los deberes para con los internos, del abandono a su miserable suerte, es la causa última de lo que hoy nos estremece.

Aparecen voces trémulas y dolientes por la tristeza que suscita, anunciando querellas criminales contra el responsable y autor del deleznable crimen. Habría que redireccionar las querellas también a los que hacen posible estas atrocidades, por la descomunal incapacidad e irresponsabilidad que toca a cada quien en sus funciones específicas.

Pbro. Nicolás Vial Saavedra

Presidente Fundación Paternitas 

Paternitas